¿Por qué se tomó Dios la molestia de crear el universo? No me parece lógico
Pregunta Luis Fernando Maya, estudiante de medicina.

Ahora sí que me agarras en curva. Sería pretencioso ofrecer cualquier respuesta, en la medida en que no soy Dios, ni Él lo ha revelado expresamente. Pero, en fin, algún tipo de respuesta se puede aventurar, siendo conscientes de que estamos en un ámbito tentativo.
La doctrina clásica afirma que lo ha hecho para “manifestar su gloria.” Lógicamente, respondes, “¿a quién, si no había nadie?, ¿a Él mismo? Suena extraño, ¿no?
La doctrina católica también afirma que crea por amor y, de alguna forma, para que hubiera unos seres a los que pudiera amar, pero también que ellos libremente pudieran responder a ese amor. Es decir, la creación, de alguna forma, es por nosotros, para que Dios nos pueda amar y nosotros amarle a Él. Pero cabe la pregunta, ¿no introduce eso una necesidad en Dios? ¿Necesita que le amen?
Obviamente Dios no necesita nada, pues no sería Dios. Por eso la creación es pura gratuidad y es libre. Pero, para no complicar, hay que partir del hecho evidente: existimos, existen las cosas, la creación ha salido de la Mano de Dios. Aunque no es perfecta, pues está en “estado de vía” dirían los teólogos, manifiesta su Gloria y es camino para que descubramos su Amor, y por tanto a Él y, si libremente queremos, le amemos.
Digamos que nos encontramos con un dato, un hecho. ¿Por qué Dios lo quiso así? Solo cabe preguntarle en la otra vida, cuando lo veamos cara a cara. Pero no es descabellado, es razonable, lógico; por lo menos más lógico y razonable que pensar que las cosas se hicieron a sí mismas, o que es mejor no preguntar porque no hay respuesta. ¿No te parece?
Es decir, el hecho es que existimos. ¿Por qué? Lo lógico sería que no hubiese nada. Si hay algo, y lo hay, requiere explicación. ¿Pueden hacerse las cosas a sí mismas? ¿Se hacen de la nada? Si respondemos afirmativamente, ¿por qué no se observa eso en ninguna parte del universo? No, no es lógico. De la nada, nada sale, y cuando algún sesudo físico dice que sí y menciona el famoso “vacío cuántico” habría que responderle dos cosas, primero que es una hipótesis altamenate especulativa no probada, segundo que no es la nada, o por lo menos, no lo que todos entendemos habitualmente por “nada”. De hecho, el vacío cuántico  tiene  características particulares y, ese solo hecho, pone en evidencia que no es la nada. Cuando quieren hacérnoslo pasar por “la nada”, nos quieren engañar.
O un universo que se hace a sí mismo surgiendo inexplicablemente de la nada, donde la materia inerte termina por generar vida inteligente, o un universo altamente racional que es fruto de una inteligencia y una voluntad libres y poderosas. La segunda explicación se me antoja más lógica.
A través de la belleza y maravilla de ese universo podemos remontarnos a su Creador. Podemos ver en él una manifestación de su gloria y de su amor por nosotros e intuir que quizá habrá hecho toda esta maravilla, entre otras cosas, para que unos seres inteligentes como tú y yo, podamos conocerlo con nuestra inteligencia y amarlo libremente con nuestro corazón. Me parece esto menos descabellado que afirmar el absurdo, el azar absoluto, la sinrazón y el hecho de que no podamos preguntarnos por el sentido del universo y debamos contentarnos con reconocer que está allí y ya, que es inexplicable. La gloria y el amor de Dios, la creación de seres conscientes y libres que puedan conocerlo y amarlo, me parece algo más lógico.