La reciente ratificación de Brett Kavanaugh como Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos supone, sin duda, un aliento de esperanza para el movimiento Pro Vida en ese país, y dada la importancia que los Estados Unidos tienen en el concierto global, en cierta forma esa esperanza se hace extensiva a todo el mundo.
Brett Kavanaugh como Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos supone un aliento de esperanza para el movimiento Pro Vida en EU y el mundo
Kavanaugh debe ser una persona estupenda, dada la ola de calumnias, infamias y rechazo que generó entre grupos abortistas y feministas norteamericanos. Si Planned Parenthood y Women´s March estuvieron dispuestas a hacer “juego sucio” para frenar su nominación, es porque realmente temen que la mayoría de jueces Pro Vida de la Suprema Corte pueda dar marcha atrás al fallo de Wade vs Roe que abrió la puerta al aborto en Estados Unidos. Sería, de otra parte, un gesto honesto y que legitimaría a la misma corte pues, como es sabido, “Roe” (Norma McCorvey) en realidad mintió, nunca fue violada y fue utilizada solamente por las feministas que dicen defender a la mujer, pero no vacilan en utilizarla. También fueron mentira los números de abortos clandestinos y de muertes causadas por los mismos, como reconoció Bernard Nathanson, uno de los encargados de orquestar la campaña de mentiras para legalizar el crimen.
Reconocida la mentira y el dolo, es de justicia rectificar el fallo.
Reconocida la mentira y el dolo, es de justicia rectificar el fallo. Ahora, en principio, es posible porque, aunque el derecho siempre ha estado del lado de los más débiles, estos nunca han podido hacer oír su voz. Después de 45 años, parece ser que pueden hacerlo, si los jueces tienen el valor de rectificar una sentencia que emitieron con base en datos falsos. De ser así, sería un paso realmente histórico, pues podría marcar un punto de inflexión en la política internacional en lo que a la defensa de la vida se refiere. Obviamente, tal paso requiere un valor y una fortaleza a toda prueba, pues la opinión de lo “políticamente correcto”, la presión mediática y política será grande. La industria de la sangre genera pingües ganancias, y sus operadores no van a renunciar a su dinero ensangrentado con facilidad. Pero tienen miedo, es buena señal.
Brett Kavanaugh sustituye al juez Anthony Kennedy, también católico como él; la diferencia es que el primero es coherente con los principios de su fe, mientras que el segundo no. Gracias al voto de Kennedy se legitimó el matrimonio homosexual en Estados Unidos, por ejemplo, se bloquearon las tentativas de revisar el caso de Roe vs Wade, y en 1992 una sentencia de la corte refrendada por él, reconoció el aborto como derecho constitucional en los Estado Unidos. Parece ser que el finado y ejemplar juez, también católico, Antonin Scalia está “haciendo de las suyas” en el cielo, reformando la institución que no fue capaz de cambiar en vida, por estar sometida a férreas presiones de los lobbies más poderosos del mundo.
Sería un buen precedente también, que legitimaría la labor del Poder Judicial, tantas veces manipulado por grupos de presión, de forma que reinterpretan con frecuencia las leyes en el sentido y con el espíritu inverso en el que fueron escritas. Tristemente, no ha sido extraño que cuando algunas de las políticas más liberales no han podido abrirse camino por la vía democrática en el poder legislativo, se utiliza el judicial, más manejable, por ser un grupo pequeño de personas a las que se debe convencer, o las que se debe promocionar para que ocupen estos cargos. Así, el aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual han encontrado la legitimidad que el legislativo les negaba con un hábil campaña para controlar el judicial.
Con frecuencia grupos de presión manipulan al Poder Judicial, para que reinterprete las leyes en el sentido inverso en el que fueros escritas
Es prematuro cantar victoria. Esperemos que los jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos estén a la altura del desafío histórico que enfrentan. No va a ser fácil que una clara mayoría Pro Vida ocupe esos puestos. Esperemos que tengan las agallas de erradicar la más cruda de las injusticias contemporáneas, cimentada en un conjunto de mentiras y respaldada por una inmensa cantidad de dinero ensangrentado. Si esos hombres son coherentes con sus principios y capaces de hacer valer el derecho, descubriremos la trascendencia que puede tener un católico coherente con su fe y con la más alta calificación profesional; indudablemente, un modelo a imitar.